GALERÍA DE LA HISTORIA
HISTORIA DE BENICIO
Fui abandonado en el Vertedero de Guayama Puerto Rico en estado crítico y al borde de la muerte. Les confieso que ya me había rendido, pensé que mi destino era morir allí solo, sin comida, en aquel calor infernal, con mi piel destrozada por la sarna y la infección que se apoderaba de mi cuerpo. Una seguidora de la fundación me alcanzó ver en aquel horrible lugar y contactó al equipo de BBF. Ellos no dudaron en hacerse cargo de mi caso, pero debido a lo lejos que yo me encontraba, le solicitaron apoyo a la seguidora para que me buscara y llevara hasta donde ellos.
Recuerdo que una joven de pelo rizo se encontró con ella y aun yo estando todo sucio, lleno de cáscaras y sarna, me abrazó y me montó en su auto. Me llevaron inmediatamente a una clínica veterinaria, de camino respiraba lentamente, aunque ya me sentía a salvo junto a ella, me sentía rendido y muriendo lentamente. Cuando llegué a la clínica me realizaron múltiples pruebas, salí positivo al gusano del corazón, erchliquia, sarna sarcóptica, estaba anémico, desnutrido, deshidratado, mis glóbulos blancos estaban bien altos por la infección que presentaba mi cuerpo.
Estuve hospitalizado una semana y cuando fui dado de alta, ellas me llevaron a su hogar para continuar con mis tratamientos y rehabilitación. Pero tristemente semanas luego me comenzaron a salir unas verrugas grandes en mi boca, sangraban y todos los días crecían más; fui diagnosticado con TVT, un tipo de cáncer.
Con el apoyo de muchas personas que seguían mi caso, logramos recaudar el dinero para mi tratamiento de quimioterapia. Luego de 6 sesiones me realizaron una última prueba y ya estaba completamente libre de cáncer. Una vez culminado ese tratamiento y luego de que mi hemoglobina subiera, pudieron brindarme el tratamiento para el gusano del corazón, poco a poco fui sanando y disfrutaba de aquel lugar tan hermoso donde me cuidaban.
A pesar de todo el estigma que tiene mi raza, era y soy el perro más noble de la finca. Me comenzaron a llamar el terapista pues me dedicaba a recibir a todos los rescates nuevos, los saludaba, les brindaba amor y acompañaba a mis cuidadoras mientras ellas le daban sus primeros
paseos por la finca. Incluso, soy el único con el beneficio de disfrutar de todas las partes de la finca suelto pues no me voy lejos, jamás abandonaría a estas personas que vieron en mi lo que nadie vio.
Hoy soy un perro completamente sano y feliz y por decisión unánime de todo el equipo, fui adoptado por la fundación quedándome como el terapista oficial de Brownie Blondie
Foundation.
Benicio