Luna del Mar fue rescatada con a penas 5 meses en Aguas Buenas, Puerto Rico en abril del 2018. Tenía su abdomen distendido, se le retiró más de medio galón de líquido retenido. 

Estuvo recluida varios días y luego de ser dada de alta se comenzó a observar en ella ciertos síntomas que nos preocuparon. Luego de varias pruebas entre ellas un  CT SCAN, se confirmó que padecía de shunt porstosistémico (SPS). 

Esto es una patología con manifestaciones clínicas muy variadas, entre las cuales predomina la encefalopatía hepática. Esto es un deterioro de la función cerebral producido por la llegada al cerebro de sustancias tóxicas acumuladas en la sangre que deberían haber sido eliminadas por el hígado, el cual no funciona adecuadamente en pacientes con esta condición. 

Luna tenía múltiples shunts en su hígado, para ser específicos 7. La presión de la vena porta la cual es un vaso sanguíneo grueso que transporta la sangre desde el tracto gastrointestinal y el bazo hacia el hígado para que los nutrientes sean metabolizados no es adecuada y el cuerpo tratando de liberar la presión crea basos sanguíneos y desvía la sangre a cualquier parte. Al no metabolizar bien, se crean toxinas que van al cerebro ocasionando daños neurologicos. 

Los perritos que padecen de este síndrome no se desarrollan bien, pierden peso, les da diarrea en ocasiones, nauseas, depresión, presentan letargo, convulsiones, “head tilt (tortícolis, señal de desbalance), marchan en círculo, hacen head bubbing, orinan excesivamente, se desorientan, tienen particularidades en su conducta, algo así como si estuvieras manejando un niño con discapacidad intelectual; todo esto Luna lo experimentó. 

En ocasiones se pueden dar episodios agudos de encefalopatía hepática, pudiendo sufrir crisis convulsivas o episodios comatosos, lo cual podría ocasionar daño cerebral irremediable. 

En el caso de SPS congénito, el tratamiento incluye la ligadura total o parcial del shunt. Esto podría curar totalmente al animalito, sin embargo, Luna tiene el Shunt Syndrome adquirido o sea NO es operable 

Es por eso que Luna se inició en un tratamiento paliativo donde se le brindaba una dieta vegetariana a base de proteínas de soya, esto para reducir la producción de amoníaco. Las dietas con proteínas regulares provocan que se creen más toxinas. Luna tomaba un medicamento que se llama metronidazol o amoxicilina, (para reducir la flora bacteriana productora de amoníaco en el intestino), lactulosa (para reducir la absorción de amoníaco) y un protector gastrointestinal, como famotidina. 

Ella era una perrita con una personalidad muy especial, presentaba dificultad para seguir instrucciones o aprender rutinas por lo que la vida con ella fue una total aventura. Se hizo muy famosa en las redes por el sin número de maldades que hacía.

Luna estuvo estable de su enfermedad, se mantuvo en la dieta vegetariana y los medicamentos y logramos que no volviera a retener líquido; los síntomas neurológicos mermaron. Vivir junto a ella era una real aventura, era bien curiosa, nos hacía los días con su personalidad chispeante y travesuras. Era tan amorosa, jamás la vimos gruñéndole a ningún perro, era mágico pasar tiempo con ella. 

Lamentablemente, luego de muchos hermosos momentos que Dios nos permitió compartir y disfrutar con Luna, el pasado 14 de marzo de 2019 nuestra  Lunera falleció. Cruzó el arcoíris a causa de un ataque cardiaco que sufrió de madrugada, su último suspiro lo dio en los brazos de su mamá quien intentó brindarle CPR  pero tristemente la enfermedad del Shunt Syndrome ganó la batalla en esta ocasión... 
No habrá manera de olvidarte, siempre estarás junto a nosotros Nanuna...