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HISTORIA DE

DEMI

Me rescataron en muy mal estado en agosto del 2018. Tenía un tumor enorme en mi pecho, no podía caminar pues mis caderas estaban dislocadas a causa de golpes de autos que recibí en la calle, tenía mucho dolor. 

 

Tenía problemas de piedras en mi vejiga, necesitaba tres cirugías por separado para que pudiera tener calidad de vida, había que intentarlo por el dolor agudo que tenía, pero no aseguraban que sobreviviera... 

 

Sin embargo, Dios tenía otros planes para mí, y como toda una guerrera fui recuperándome de cada procedimiento hasta que fui dada de alta y llegue al lugar más hermoso que había visto en toda mi vida. 

 

Desde el primer día me relajaban porque yo juraba que llevaba toda la vida aquí, me acostaba en la cocina, ladraba para salir a hacer mis necesidades, me gustaba salir a tomar el sol de la mañana, refunfuñaba POR TODO (si no me tocaban, si me tocaban, si no me atendían o si me atendían). 

 

Marjorie comenzó a enamorarse de mí, sinceramente no me dejaba en paz, oliéndome las patas, apretándome la nariz, cargándome, metiéndome a su cama. Un día dijo en la página que me iba a comprar un coche para llevarme con ella a las tiendas y a pasear, allá saltó una súper fan alcahueta desde los EU y me lo regaló; me llevaban a las actividades, a la playa, a restaurantes, al Viejo San Juan en varias ocasiones, al Morro a volar chiringas... me levantaba todos los día a las 5am a acompañar a mi mamá a llevar a su hijo a la escuela.

 

En noviembre del 2018 Marjorie decidió adoptarme para que pasara mis años de vejez con ellos en la finca, todos mis fans estaban muy contentos. Me daban tanto amor a diario, fui de soporte emocional para mis mamás cuando una de mis hermanitas Luna del Mar cruzó el arcoíris. Sin embargo, en enero 2019 me diagnosticaron cáncer en mi vejiga, y me dieron tres meses de vida. Comencé quimioterapias, al inicio me beneficiaban, recibí tratamientos naturales alternativos, pero en algunas ocasiones el tumor de mi vejiga ulceraba y tenía sangrados en mi orina. Aun así siempre me mantenía con mi personalidad única y hacía verle a mi familia que todo estaba bien. 

 

En verano 2019 mi salud comenzó a empeorar, baje de peso, y mi estado de ánimo cambió. Los sangrados en mi orina aumentaron, no quería comer, y dejé de tomarme mis medicamentos. Fue en ese momento, 8 meses luego de mi diagnóstico, que mi familia entendió que era tiempo de despedirme, pues por mi apego tan fuerte con mi mamá, todos sabían que no me iría solita... 

 

Viví momentos mágicos e inolvidables en el año que Dios me regaló en la finca junto a mi familia, incluso en mis últimos días fui a cenar con mis mamás, salí a ver las estrellas junto a ellas, y visité la playa por última vez... 

 

Agradezco a todas las personas que me ayudaron con mis tratamientos, mi vida cambió para bien, fui muy feliz, y eso en parte se los debo a ustedes. 

GALERÍA DE LA HISTORIA

Demi

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