“Por cada animal que nace, le estás cortando la posibilidad de ser adoptado a uno que
ya está en la calle o en un albergue o un santuario. Si amas a tu mascota, le vas a
regalar salud y calidad de vida. Salud, porque en las hembras previenes cáncer de mama y de útero, infecciones, problemas hormonales e incluso problemas psicológicos por embarazos psicológicos. En los machos, previenes cáncer de testículos, de próstata,
problemas urinarios y hormonales”, aseguró la joven bibliotecaria y rescatista que
administra un santuario donde viven sobre 168 perros y 56 gatos.
Además, Bernal insistió en que las personas deben entender que las mascotas no tienen
necesidad de ser madre o padre, en referencia a la práctica de “casar” los perros o gatos
para que sean “mamás” o “papás”. “Como guardianes responsables, nos toca a nosotros
tomar las decisiones correctas para el bienestar de los animales”, indicó.
Por su parte, la rescatista y presidenta de la Brownie Blondie Foundation, Marjorie
Andino, explicó que sigue viendo cómo, a pesar de los esfuerzos educativos que se han
hecho en la Isla a través de los años, las personas aún prefieren adoptar o comprar
animales de raza antes que darle la oportunidad a un sato.
“Yo, como rescatista, considero que una perrita de raza como Violeta no necesariamente
representa la realidad que viven los perros en las calles de Puerto Rico. El apoyo que recibo en las redes sociales cuando rescato un perro de raza es increíble y no se compara con el apoyo que recibo para un caso, en peores condiciones, pero que no sea de raza. Esta es una situación de clasismo que tenemos como pueblo”, señaló la trabajadora social y profesora.
Al mismo tiempo, cuestionó qué hubiese pasado si, por ejemplo, Violeta no hubiese
aparecido. “Una perrita de raza, lamentablemente, se ve como una mercancía. Es un producto para explotar reproductivamente y seguimos con la situación sin fin de sobrepoblación de animales. Si hay un perro de raza para la venta o adopción, no me van a adoptar uno sato que ya está”, añadió.